Aunque las leyendas populares japonesas cuentan que este pequeño Spaniel fue el regalo de un emperador chino a su Mikado, confirmando de este modo un origen chino, es más verosímil que el Tchin sea el resultado de antiguos cruzamientos realizados por los japoneses entre el Pequinés y el Spaniel tibetano. En el transcurso de los años, los japoneses, maestros en la miniaturización de cualquier cosa, seleccionaron a esta raza para tener ejemplares siempre más pequeño, ya que eran los más buscados y apreciados. También se dice que recurrieron a bebidas alcohólicas para detener el crecimiento y obtener de este modo animales de tamaño muy pequeño. Pero si el regalo entre los emperadores orientales es sólo una leyenda, lo que sí está comprobado es que el Mikado japonés envió como obsequio a la emperatriz de Alemania, en la segunda mitad del siglo XIX, una pareja de estos hermosos perritos.